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Pensamos que debido a tal situación, las mujeres no se sienten identificadas con los programas y actividades desprendidos desde los centros existentes, mismos que optamos en llamar “institucionales”. Por tal motivo, las mujeres optan por acudir a lugares tales como Alcohólicos Anónimo o las iglesias en busca de atención a su problema. Gabriela Sánchez (2006) reportó la falta de perspectiva de género en el Hospital de Higiene Mental Carlos Nava, ubicado en el centro de la ciudad de Hermosillo. La autora afirma que en este lugar a las mujeres no se les permite el libre tránsito, tampoco se sienten seguras al dar sus testimonios porque el ambiente del hospital no les ayuda a sobrellevar el estrés y la ansiedad de la desintoxicación, además de que son sancionadas cuando existe interacción con los internos varones (2006, 112). Esta situación denota una deficiente calidad en la atención a las mujeres y podría ser una causa fundamental de que muy pocas mujeres terminen su tratamiento (Sánchez, 2006). La presente investigación se realizó con mujeres que forman parte de la asociación civil Alcohólicos Anónimos, las cuales mencionaron pertenecer a dicha asociación debido a que no encontraron en los centros de tratamiento institucionales, las posibilidades concretas para vencer su problema con el consumo de alcohol. La finalidad de este trabajo, es observar cómo es y qué significa para una mujer el cambio que existe entre beber y no beber alcohol visto desde el proceso de rehabilitación- reinserción. Prácticamente, nuestra pretensión consiste en ir más allá del deber ser para rescatar el cómo es una mujer recuperada, qué aspecto tiene, qué piensa, qué opina, qué siente y cómo interioriza el significado de la recuperación. Esta percepción sobre sí mismas juega un papel primordial dentro de este ejercicio de exploración puesto que en todo 14