Page 104 - ::El Colegio de Sonora :: Repositorio Documental ::

Además posibilitó el surgimiento de nuevas ciudades como Navojoa, Etchojoa y Huatabampo, el cambio también dio lugar a una clase intermedia de empresarios con una visión de agricultura comercial. Por otra parte los antiguos dueños de los valles, los mayos y yaquis, que no fueron desterrados o asesinados se convirtieron en trabajadores del campo asalariados y sus tierras pasaron a manos de unos pocos, muchos de ellos extranjeros. Para la naciente clase empresarial no todo fue beneficio, sus lazos tan estrechos con la economía norteamericana la colocaron como una burguesía dependiente, “un cometa sacudido por los vientos impetuosos del norte” (Ruiz 1988, 161). Hernández y Vázquez (2000) refieren que es precisamente en el sur del estado donde “originalmente se sintió la vena empresarial de los hombres de poder sonorense”. En el norte, nos dicen, “las empresas con tradición eran del giro industrial (una industria vinculada a la agricultura) y de propietarios descendientes de inmigrantes nacionales y extranjeros”. En esta primera etapa del desarrollo empresarial en el sur de Sonora, surgieron empresarios comerciales y rentistas, como Tomás Robinson Bours e Hijos, Justina Almada de Urrea, entre otros, quienes mediante el financiamiento que otorgaban, dinamizaron el incipiente intercambio comercial del sur de Sonora. Otra de las características del desarrollo empresarial en el periodo aquí referido, es la independencia financiera del estado para la concreción de sus iniciativas. Por los apellidos de estos empresarios primigenios, podemos observar la permanencia de algunos de ellos. En la última década del siglo XIX y la primera del XX, la principal industria del estado era la harinera. Este tipo de negocios tenía fuerte raigambre local. Su desarrollo se logró con los recursos e iniciativas de los empresarios y grupos de poder locales. Contaba con dos mercados, uno el de los estados de Baja California, Sinaloa y Jalisco y otro el consumo interno. En este período existían 65 molinos que producían 20 millones de kilos al año. Los 103