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Epidemiológico el consumo de esta sustancia ha sido el más problemático del periodo. Incluso, según los últimos datos del citado informe, se advierte que el uso de alcohol aumenta a medida que transcurren los años (ver cuadro 5), puesto que las proporciones registradas solamente en 2011, en tanto droga de inicio e impacto, se encuentran por 27 encima del promedio calculado para todo el periodo 1994-2011. Tanto la Encuesta Nacional de Adicciones y como el Reporte de Sisvea indican que el consumo de drogas tiene una distribución diferenciada en el mapa nacional. Sin embargo, no fue posible establecer una comparación entre ambas fuentes ya que parten de regionalizaciones diferentes. Mientras que el Sisvea propone dividir al país en tres regiones (Norte, Centro y Sur) la ENA optó por subdividirlo en ocho, a saber: Norcentral, Noroccidental, Nororiental, Occidental, Centro, Ciudad de México, Centro Sur, y Sur. Cabe hacer la siguiente aclaración, para fines de este trabajo tomamos los datos y la regionalización que ofrece el reporte de Sisvea por dos motivos. El primero y principal es porque Sisvea, a diferencia de la Encuesta Nacional, ofrece datos más desglosados acerca de los consumos de droga de inicio e impacto. El segundo motivo es que consideramos que la regionalización que ofrece es menos complicada y más práctica. 27 Hasta aquí, es pertinente mencionar que en el caso de México algunos autores consideran al consumo de alcohol como una práctica de raíz histórica; por ejemplo Antonio Elizondo (1983) afirma que incluso desde tiempos prehispánicos, la embriaguez era una práctica sumamente común, socializada y plenamente ligada en aquel entonces, al desarrollo de ritos religiosos y festividades comunitarias; por lo tanto era severamente castigado el consumo que se realizaba fuera del concurso normal de la tradición, por ejemplo cuando se trataba de individuos en edades productivas que se embriagaban en momentos diferentes a los mencionados. Por otro lado, María del Pilar Velasco (1983), basándose en trabajos de Gruzinski y Calderón, afirma que a partir del siglo 18 es cuando comienzan los problemas asociados a la ingesta excesiva de alcohol; es decir que estas cuestiones se empiezan a evidenciar una vez que los españoles se establecieron en México con la finalidad de colonizar la zona (Velasco 1983, 194). 47