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el alcohólico la cantidad y la frecuencia con que bebe no son más que síntomas. Beber en menores cantidades por ejemplo, no modifica la condición básica del mismo. El factor clave está en la pérdida del control y la ansiedad por la droga en este caso el alcohol” (Servicios generales de alcohólicos anónimos, 2012: 5). En general, para las informantes beber se convirtió, por un lado en una práctica que les generaba una sensación de valor, de poder ser o hacer; por el otro, les achacaba suficiente carga social como para sentirse infelices. Un efecto de felicidad ficticia purgado por la creencia de estar haciendo algo “malo” o que no era propio de su género, algo que no era bien visto, un acto que significaba hacer algo transgresor. Me daba lástima (su esposo). Nunca lo desatendí, nunca desatendí mi casa, nunca me quité obligaciones, la comida, la ropa limpia, planchada, el baño, cocina, mi casa impecable, eso sí que soy muy así para la casa, mi casa toda la vida impecable. No tenía nada qué me reprocharan decía yo, pues que me gusta tomar, es lo único que me podían reprochar (Norma, 52 años). Porque el problema de aceptación, en mí fue muy fuerte. Es muy fuerte. Y más cuando tienes la enfermedad ¿no? Y deste (…) no podía aceptar eso ¿por qué? Porque yo no era una persona que bebía en antros o andaba en la calle saliendo con amigas y eso; no. Yo era una persona, mamá, con esposo, yo bebía con mi esposo, con las comadritas, organizaba muchas carnes asadas en mi casa o en la casa de la comadre; yo andaba con mis hijos y los traía y los llevaba, pero pues, me terminaba poniendo (…) en estado ebrio de tanto alcohol que ingería o vino. Y deste (…) que difícil decir “soy una alcohólica” cuando pues, estoy con mi familia; estoy con mis hermanos, o sea yo no ando de vaga, yo no ando (…) a diferencia de mi hermana (Flaca, 45 años). 111
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