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asegura que perdió por momentos el sentido de la vida. Aunado a este sentimiento, su esposo le reclamaba la pérdida de amistades debido a que ella acudía al grupo de Alcohólicos Anónimos. Confiesa que vivía con miedo de ver a sus amigos beber enfrente de ella, recuerda haberse sentido aburrida durante los fines de semana, como cargando una sensación de pesadez existencial. Para poder recuperarse, Flaca dejó todo lo que la ponía en riesgo de beber y resalta que la pertenencia al grupo la mantiene fuerte para seguir en sobriedad. Actualmente, atraviesa por una situación muy difícil con su esposo, razón que la llevó a consumir pastillas que pusieron en riesgo su salud. Hace un mes que se encuentra con medicamento controlado por parte de su terapeuta, además de seguir asistiendo al grupo de AA, asegura que de este modo ella está trabajando su situación, sobre todo con su ego herido. Ella sabe que no será fácil, y lo ve como una oportunidad de sanar aún más su alma y mantenerse en sobriedad, con la ayuda de sus compañeros de grupo con los cuales se siente protegida ya que sabe que la entienden y se preocupan por ella. Miss G a sus 45 años Envuelta con un espectacular sentido del humor e hiperactiva, ronda los 45 años y es hermosillense; además también es madre de un muchacho adolescente. Estudia la carrera de derecho en una universidad particular (misma que dejó trunca 30 años atrás). Trabaja dando masajes relajantes en una cabina que acondicionó en su hogar. Ella jamás se casó. Durante su vida preparatoriana, fue deportista y se desenvolvía bajo mucha disciplina, hecho que la alejaba del grueso de los demás compañeros. Comenzó a tomar para sentirse aceptada por el grupo, porque ella se sentía muy sola y sin pertenencia. Identifica que su forma de beber siempre fue más “recia” que las de sus amigas y por eso muy pronto se enganchó en el 94