Page 112 - ::El Colegio de Sonora :: Repositorio Documental ::
P. 112
Sostiene que desde sus inicios como empresario, prefirió siempre iniciar sus negocios con socios colaboradores y dio amplias facultades a los gerentes “De las 70, 80 o más empresas que fundé, organicé y puse en marcha, ninguna, ni una sola, fue creada sin la ayuda de socios colaboradores. Siempre me interesé en los negocios que se creaban en personas que tenían conocimientos y aptitudes en la actividad correspondiente” (Rodríguez 1962, 162). En un discurso al Club Rotario, critica la ausencia de cooperación y de unión de los empresarios en Sonora al referir: Por desgracia, nuestros hombres de negocios se han olvidado del axioma que dice “la unión hace la fuerza” y siempre han tratado de superarse unos a otros en sus negocios, o superarse a sí mismos, pero nunca han probado unirse para atacar problemas, para organizar empresas y negocios de altura. No se han dado cuenta de que los esfuerzos unidos desarrollan las grandes industrias y empresas, base fundamental para el crecimiento y desarrollo de las poblaciones (Moncada 1997, 86). Nace en 1889 en el seno de una familia humilde, su padre se vio en aprietos para alimentar a sus once hijos. A los pocos años de su nacimiento, la familia se traslada a la ciudad de Nogales en busca de prosperidad económica. En 1906 emigra a Estados Unidos donde se desempeña como ayudante industrial. En su autobiografía nos narra las 35 preocupaciones que tuvo en la adolescencia de evitar una vejez pobre para ello “debía ser alguien en la vida y hacerse rico” (Gómez Estrada 2007, 116). ¿Cómo hacerlo sin una base económica familiar, sin la preparación que había desperdiciado en su infancia? Para ello primero intenta en la música viaja a California y paga a un maestro alemán por clases de música, trabajando sólo para sostenerse y pagar las clases, al ser decepcionado por 35 “Desde antes de mi adolescencia había tratado con viejos amigos que vivían en la penuria, que se había formado en mí un complejo de temor de llegar a la senectud sin asegurar mi bienestar, y siguiendo los consejos de aquellos hombres experimentados, que me decían que el individuo que no se preparaba y veía más adelante, padecería irremisiblemente en su vejez las consecuencias de su falta de previsión. De allí que me preocupé siempre por asegurar el futuro bienestar de mi familia” (Rodríguez 1962, 171). 111
   107   108   109   110   111   112   113   114   115   116   117