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él. Mi hermano, por la gracia de Dios, vivía cerca. Me salvé de esa. En otra ocasión de los mismo pleitos le dije “si no te vas te voy a matar” y le encajé un cuchillo aquí (la informante señala el antebrazo, por la parte del codo) y un sangrero por todos lados; se fue, se asustó” (Leti, 39 años). Con estos hechos, la percepción sobre sí mismas se fue deteriorando ocasionándoles una baja autoestima y la creciente autopercepción de ser malas mujeres. Eventualmente estas consecuencias de consumo también se convirtieron en causas para tomar. Laborales: De la misma forma, el consumo ocasionó la pérdida de empleo y oportunidades profesionales. En todos los casos, las mujeres relatan el desperdicio de talento derrochado al calor de las copas. Por ejemplo yo dejé de entrenar, el deporte me encanta todavía. Yo cuando empezó lo de la Ana Gabriela y todo eso, nosotros traíamos mejores tiempos que ella, o sea fíjate empezar así otra vez, frustraciones, enojos ¿Por qué a mí? ¿Por qué a ella sí? Un chorro de cosas, pero si me afectó mucho. Nunca más volví a tener disciplina. (Miss G, 45 años) Yo sola me di cuenta estando en la oficina, veía mi incapacidad para controlar mi manera de beber me brinqué la línea y cuando ya me brincaba la línea ya era una laguna mental, ya no sabía lo que hacía, mi soledad y mi vacío estaban bien grandes, estaba en una depresión bien fuerte y yo veía que la capacidad que tuve algún día de arreglar situaciones laborales yo no podía, yo no me daba cuenta el desmadre en lo que no era lo profesional, porque mi peso era en lo profesional. Me hablaba alguien y sentía hasta paranoia no poder arreglar, se me dificultaba hablar con la gente, dar la cara ante los problemas de la empresa en la que estaba, me empezaba a hacer ruido y lo fuerte fue ese vacío, la depresión tan grande que 120
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