Page 146 - ::El Colegio de Sonora :: Repositorio Documental ::
P. 146
acompañó a lo largo de su crecimiento. Para la mayoría, el consumo de alcohol tuvo como antecedente una niñez marcada por estados depresivos, miedos, autoestima deficiente, inseguridades, frustraciones, malos tratos y la sensación de indiferencia por parte de ambos padres puesto que durante su infancia presenciaron escenas de un alto consumo de alcohol en sus familias (principalmente por parte del padre). Sin posibilidades de escapar, las informantes terminaron por reproducir los patrones de consumo que presenciaron dentro de la dinámica familiar nuclear. De tal manera que el consumo de la mayoría surgió como una consecuencia de la alcoholización de su padre y posteriormente de su compañero. Esta alcoholización masculina legitima el ejercicio de relaciones de poder del hombre sobre la mujer, tal y como lo documenta Rosa María Osorio (1992), quien además atañe que la alcoholización femenina se relaciona con estados depresivos diversos. Al paso de los años, la sombra del desamor las siguió, esta vez en la forma de decepciones amorosas producto de idilios sentimentales aderezados con alcohol. Estas relaciones las mantuvieron en conflicto constante y provocaron que sus estados de ánimo empeoraran y que sus problemas recrudecieran. Por otro lado, a pesar de que impera la concepción negativa acerca del consumo de alcohol y de que existen repercusiones que han marcado negativamente la vida de nuestras informantes, se esboza en sus experiencias la parte positiva del consumo; por ejemplo como un factor protector que las alejó del uso de otras sustancias. En otro plano, hasta cierto punto y bajo ciertas circunstancias, las informantes declaran el uso del alcohol como paliativo o amortiguador de situaciones y también como factor que las dotó de fortaleza y valor, hay quienes incluso aceptan que de no haber sido por dicha práctica hubiera sido 146
   141   142   143   144   145   146   147   148   149   150   151