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refirió otros casos en los que se colocaba como agresor en términos de bullying e inclusive de violencia juvenil. Para seguir analizando el tema de agresores más a fondo y también sacar más conclusiones sobre de las víctimas, resulta pertinente ahora hacer una separación por sexo, que permita vislumbrar los códigos de género presentes que diferencian las condiciones que hombres y mujeres enfrentan al relacionarse con sus pares. 3.2.1.1 Hombres y bullying Cuando a los hombres se les preguntó por sus amigos, todos coincidieron en que además de tener buenos amigos, tenían muchos, a diferencia de las mujeres quienes señalaron círculos pequeños de amistad. Esta característica se relaciona con el sentido de lo público y lo privado en los códigos de género, donde el espacio abierto y público corresponde al hombre y el espacio cerrado, privado y doméstico a la mujer (Bourdieu 2000, 67). Por su parte cuando se empezó a ahondar en el tipo de relaciones que establecían con sus pares y de los casos de bullying prácticamente todos, víctimas y agresores varones, se fueron al tema de la violencia física (excepto Marco quien también habló de violencia verbal), caso contrario al de las mujeres. Lo que coincide con los resultados del Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación Básica en México (SEP 2009, 102, 105) que marca una mayor proporción de agresores y de víctimas varones en este tipo de violencia. El que esta forma de violencia entre pares les sea tan común a los varones obedece a ese estereotipo de hombre agresivo y violento que maneja la MH (Bonino 2002, 49) y que a su vez los expone a enfrentar mayores situaciones de riesgo físico (Vázquez y Castro 2009, 702). También explica la tendencia a minimizar la agresión verbal en las interacciones entre 185