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Esta intervención es sólo un ejemplo de cómo parte del personal no asume su rol ni la responsabilidad en torno a garantizar la seguridad de los estudiantes que conlleva el estar trabajando con estos jóvenes que ya de por sí traen grandes desventajas sociales. El párrafo anterior señala un punto muy trascendente: que se responsabiliza directamente al alumno por la situación de violencia que se suscita al interior del plantel, haciendo referencia a su condición de vulnerabilidad como forma de justificar la falta de compromiso y de trabajo por parte de algunas autoridades escolares. Como comenta Chagas (2005, 1072) y también se encontró en las pláticas con algunos maestros (dentro y fuera de entrevistas formales), éstos tienden a asignar la causalidad de la inseguridad de los estudiantes al interior de las escuelas a factores externos a ellos: a las condiciones del contexto sociocultural que rodea a los muchachos (la presencia de la violencia en la familias, en las calles, etc.), a que son características propias de la edad, entre otros; y con ello justifican su falta de intervención. Desde aquí se pueden observar las bases de porqué los mismos alumnos reportan en repetidas ocasiones que el personal no representa un recurso efectivo para resolver la tensión y evitar las consecuencias negativas que produce la violencia entre pares. En ocasiones parte del personal se convierte en un obstáculo para que los estudiantes estén más cerca de mantener su integridad física y psicológica; en un obstáculo para su salud. Por ejemplo Marco señaló lo siguiente cuando se le preguntó qué se le ocurría que se podría hacer para evitar los pleitos cuando llega un alumno nuevo a la escuela: Checarlos bien hasta que llevaran como una semana, los prefectos. Checarlos bien porque llega uno nuevo y nomás se voltean y se van para allá y en lo que se voltean ya van y se pelean. Checarlos bien como una semana así o dos, ya una semana o dos ya… Ya no les hacen nada. [Ok. ¿Tú sientes que los maestros, los prefectos y demás, sean de alguna ayuda ahora?] No, los prefectos no, por ejemplo, nomás dan vuelta los prefectos, si tú les dices: ¡Eit! Nomás te voltean la cara y se ponen a ver, lo único 119
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