Page 42 - ::El Colegio de Sonora :: Repositorio Documental ::
P. 42
recientemente los estudios de Antonopoulus (2009), Larrañaga (2009), Ezquerra (2011), Pearson y Sweetman (2011) y Espino (2012), entro otros. Las autoras coinciden en que la oferta laboral femenina tiene comportamiento diferenciado en el ciclo económico y las diferencias también se relacionan con las conductas laborales predominantes entre hombres y mujeres; a través de su visión, se muestra que la igualdad está ligada al desarrollo económico y los efectos desiguales en las crisis producen una pérdida de bienestar en las mujeres ya que al paso de la coyuntura, se observan retrocesos en los espacios dentro de la estructura laboral ganados por las mujeres durante los periodos de estabilidad o expansión económica, así como una intensificación del trabajo tanto doméstico como remunerado en periodos de recesión. Para hallar el vínculo entre crisis y diferencias de género en el mercado de trabajo ha sido necesario poner de relieve los procesos históricos a través de los cuales se construyen socialmente las diferencias entre hombres y mujeres, cuyo efecto desigual beneficia a los primeros y perjudica a las segundas. Históricamente se ha sostenido por la práctica ideológica dominante que la mano de obra femenina está caracterizada como mano de obra secundaria, es decir, que está más sujeta a las variaciones cíclicas de la economía y sólo ocurre en época de crisis para complementar el presupuesto familiar (Espino, 2012). Para Abramo (2004) esta idea se estructura en primer lugar en torno a una concepción de familia nuclear en la cual el hombre es el principal (único) proveedor y la mujer es la principal (exclusiva) responsable por la esfera privada, características del mercado de trabajo de la postguerra que en algunos aspectos aún persisten. De esta manera, las mujeres cumplen el rol, cuando los hombres no pueden cumplir con el suyo de proveedor principal o exclusivo debido a una situación de crisis económica, desempleo o disminución de sus remuneraciones. 42