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Una ilustración más se encuentra en la siguiente explicación: “Las familias afortunadas de la gran burguesía y de la aristocracia controlan los lugares en que viven, ya se trate de grandes ciudades como París, Lyon, Marseille o Bourdeaux, o de lugares de veraneo como: Deauville Dinard, Arcachon, Portes-en- Ré, donde pasan sus vacaciones. Si hay obreros o cuadros superiores por todas partes, en Passy como en Aubervilliers, no es el caso de las élites: la gran mayoría de los distritos y municipios les están prohibidos de hecho” (Pinçon et.al. 2002, 540). Atendiendo lo anterior y de acuerdo con Low (2003, 14): “El encerramiento es una tendencia global que cubre no sólo el modelo de Estados Unidos, también incluye arquitecturas locales y circunstancias socio históricas y siempre son implantados dentro de tradiciones culturales específicas”. La dinámica espacial en la que se ve envuelta la configuración de las urbanizaciones cerradas en los territorios urbanos responde a una realidad donde la globalización, las innovaciones tecnológicas, los problemas sociales urbanos, se manifiestan de forma directa e influyen en el comportamiento de la población. Pero también son factores de división y fragmentación, que no sólo cobijan grupos altos, medios, sino que la fuerza del encerramiento urbano se extiende a sectores populares, esto muestra como las preferencias y gustos en ciertos sectores sociales se dan hasta el privilegio de elegir un lugar donde vivir, donde recrear sus propios deseos y gustos. Esto en Francia se recrea de manera singular en los espacios costeros. La clase alta se da el lujo de construir sus propias villas habitacionales cerradas, donde se orienta “para su vida cotidiana, pero también para su recreo en el campo, en la montaña o en el mar, las grandes familias prefieren, por regla general, urbanizar ellas mismas un suelo virgen mejor que recuperar un hábitat ya usado” (Pinçon et al. 2002, 543). La seguridad es un factor que influye en los individuos que eligen vivir en un fraccionamiento cerrado. Para ellos es importante que su familia esté protegida de los constantes sucesos violentos que ocurren en la ciudad donde residen, que aseguran se ofrece en este tipo de asentamientos y que aunado a las constantes promociones inmobiliarias para recrear un hábitat específico, se enlaza a este tipo de acciones que los individuos buscan en un medio para crear un ambiente de comodidad, tranquilidad y confort. Dos elementos se rescatan en el caso de la presencia de las urbanizaciones cerradas: el primero es la creación de áreas verdes que ofrezcan un mundo de tranquilidad al residente y su familia y, a su vez, pueda contribuir al equilibrio emocional del grupo, y un segundo factor es la seguridad, como mecanismo de autoprotección. Al respecto según Charmes (2003, 34), la seguridad no es el principal motivo. El primer motivo que guía a la gente a la acción es, en sus propios términos: ‘preservar su tranquilidad’. Formulado en más términos académicos, su principal objetivo es la regulación de comportamientos en espacios comunales o colectivos”. Elementos que ayudan a entender cómo los fraccionamientos cerrados promueven la tranquilidad familiar, y se relaciona con el proceso del habitar y la construcción del espacio social en el cual los actores que viven y desarrollan este proceso forman parte de la dinámica que se gesta al interior de las ciudades. 51