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ciudadanía, el desarrollo, la participación y asociación, entre otros y sobre todo a una combinación de estrategias planteadas por el Estado (políticas públicas saludables), la comunidad (refuerzo de la acción comunitaria), los individuos (desarrollo de habilidades personales,), el sistema de salud y asociaciones intersectoriales trabajando bajo el objetivo de otorgar una responsabilidad múltiple a cada uno de los sectores (Buss 2006, 20). Desde la óptica de González se explica que la promoción de la salud no está específicamente ligada a la cuestión médica, sino que va mucho más allá de ella como también de la educación en salud y la prevención de la enfermedad; “no es una respuesta exclusiva del sector salud o de asistencia médica, sino una respuesta de los diferentes sectores relacionados con la salud, dirigida a mejorar el entorno global, las condiciones de vida y las formas de vivir de la sociedad” (González 2004, 14). Hoy día, un gran porcentaje de la sociedad considera que la promoción de la salud va dirigida exclusivamente a la gente sana, lo cual es erróneo, ya que la PS contempla cualquier persona o grupo poblacional que está en la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida y de bienestar físico sin importar el estado actual de salud en que se encuentren. Debemos reconocer que la promoción de la salud pretende modificar los comportamientos individuales, el medio ambiente físico y el social, mismos que se determinan por el contexto político, cultural y económico (Ibid., 19); es decir, tenemos que entender que la PS no depende sólo de una persona, sino de un conjunto de personas que se ubican en distintos puntos estratégicos alrededor de la salud. Este grupo de personas no se limita a los que laboran dentro del sector salud, también se refiere a los que diseñan programas de educación, de desarrollo ambiental, de plusvalía, de deportes, de cultura y de manera importante al sector privado. 68